Cada uno de nosotros es único e irrepetible y nuestras vivencias son personales. Enfrentarlas también lo es. 

 

El psicólogo, en este caso, la psicóloga, no es más que una persona con quien hablar, hacerse escuchar, sin juicios, con el objeto de poder encontrar maneras de mejorar nuestra existencia. Martín Buber lo definía como el encuentro Yo-Tú, terapeuta-cliente, en todo su sentido fenomenológico: ponerse frente a la realidad sin prejuicios y visiones preconcebidas para intentar ver lo que presenta la realidad.

 

De ahí que acuerdo con cada cliente un abordaje personalizado dependiendo de lo que desee resolver o lo que necesite comprender. De hecho, en muchísimas ocasiones, lo que el cliente necesita es simplemente ser escuchado y acompañado y encontrar respuestas por sí solo. Vivir en otra cultura, en otro idioma y en una sociedad diferente a la propia puede ser muy estresante. Saber que su realidad está siendo entendida es todo. 

 

En mis terapias privilegio la escucha, la empatía y la reformulación y, según el caso y si se requiere, utilizo, entre otras, técnicas logoterapéuticas (sentido de vida-Viktor Frankl), cognitivo conductuales, sistémicas, narrativas, e incluso del modelo the Adult Chair.